Probablemente el título de mi primera participación en este blog no sea el más positivo que hubiera podido encontrar, sin embargo, así me siento.
Me cansa escuchar malas noticias. Me cansa nuestro negativismo. Me cansa nuestra flojera. Me cansan nuestras quejas. Los mexicanos estamos cansados y me preocupa pensar si nos hemos rendido en el intento.
Bastaría mirar por nuestras ventanas para darnos cuenta lo afortunados que somos por vivir en esta tierra. Parecería que somos los únicos que no apreciamos nuestra comida, nuestro idioma y nuestra calidez. Que no vemos las montañas y que no nos ilusiona caminar por nuestras calles tan tradicionales y llenas de historia.
De ninguna manera quiero pecar de insensata, de quien ignora la realidad en la que vivimos y sigue su vida como si los problemas no existieran. Simplemente creo que el enfoque que damos a nuestro día a día es un reflejo del ambiente que se respira en México. Si dejamos de enorgullecernos, si dejamos de trabajar hasta el cansancio y si dejamos de estar informados eventualmente perderemos todas esas características que nos distinguen.
Cada noticia, cada víctima, cada desastre natural debería ser una nueva para pregunta para nosotros mismos... ¿Cómo mexicano, que estoy haciendo yo para recuperar al país en el que vivía o mejor aun, en el que quisiera vivir? Probablemente nada... o no mucho.
Busquemos pues proyectos, iniciativas o cualquier oportunidad de revivir en nuestras conversaciones esas ganas de luchar por lo que queremos, aunque estemos cansados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario